El fútbol es fútbol.

Citando a un entrenador de fútbol, invenciblemente, argumenta el ministro Zoido en sede parlamentaria que el fútbol es fútbol1. Pareciera que el ministro quiere indicar que la Policía Nacional defendió al fútbol contra aquellos que querían hacer que el fútbol no fuese fútbol. Quizás faltase en el enunciado del ministro « y nada más ». Cabe pensar, en efecto, que el ministro considera que el fútbol no puede ser el fútbol y, además, otra cosa: una fiesta popular, por ejemplo, en la cual los ciudadanos, además de asistir a las idas y venidas del balón, ejercen la libertad de expresión, un derecho cuyo disfrute protege la Constitución.

Ahora bien, podría objetarse, ¿por qué no?, que, justamente, la libertad de expresión es la libertad de expresión. Agregarle al enunciado del ministro « el fútbol está por encima de la libertad de expresión » permitiría obviar esta objeción. Al final, las palabras del ministro quedarían de la manera siguiente:

« El fútbol es fútbol y nada más. El fútbol está por encima de la libertad de expresión ».

Surge, sin embargo, otro problema. Aun admitiendo que el fútbol sea fútbol y nada más, y que el fútbol está por encima de la libertad de expresión, habría que agregar, que la Policía Nacional vela por el fútbol, sin lo cual, en efecto, no podría justificarse el que la Policía Nacional requisase camisetas para defender el fútbol contra sus conculcadores vestidos de amarillo. O sea, que si queremos sacarle a la frase del ministro todo su jugo (recordemos que el señor Zoido disponía de muy poco tiempo para expresarse), tendríamos los siguientes enunciados:

« El fútbol es fútbol y nada más. El fútbol está por encima de la libertad de expresión ».

« La Policía Nacional vela por el fútbol. »

Ver también:
http://sebastiannowenstein.blog.lemonde.fr/2018/05/04/el-reglamento-del-barca-superior-a-la-ley-nacional/
 

1Pueden leerse las palabras del ministro en el Diario de Sesiones del Senado, en la página 22.