Carta al diputado Coscubiela, víctima de los halagos de Elorza.

Más sobre este asunto:

http://sebastiannowenstein.blog.lemonde.fr/2017/09/24/mas-sobre-la-vertiginosa-comparacion-de-elorza-coscubiela-unamuno-en-el-parlament/

http://sebastiannowenstein.blog.lemonde.fr/2017/09/14/unamuno-adalid-de-la-legalidad-carta-al-profesor-elorza-sobre-los-limites-de-la-analogia/

Bruselas, domingo 24 de septiembre de 2017

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Señor diputado Coscubiela,
En un artículo reciente, el profesor Elorza, buscando encomiar el discurso que usted pronunciara en el Parlament en defensa de la necesidad de respetar la legalidad, lo comparó a usted con Unamuno.
Teniendo en cuenta que el filósofo se unió a la insurrección que gloriosamente conducía el general Franco para defender a la sociedad occidental cristiana y poner término a las inauditas salvajadas de las hordas marxistas1, la imagen resulta, cuando menos, sorprendente.

Si recordamos que usted es un hombre de izquierdas, que militó en las filas del marxista PSUC, que fue usted personalmente víctima de la represión franquista y que vio, cuando tenía 11 años, a la policía franquista llevarse preso a su padre, la comparación podría llegar a tomar tintes vejatorios o insultantes.

Señor diputado, yo soy docente en Francia y tengo previsto trabajar con mis alumnos sobre la analogía propuesta por el profesor Elorza. Preveo, también, difundir el dossier que preparo sobre la cuestión entre compañeros españoles y franceses ¿Tendría usted a bien indicarme qué valoración le merecen los comentarios del citado profesor? De contestarme usted, incluiría sus comentarios en el dossier y los publicaría asimismo en el blog en que aparece esta carta. En dicho blog, puede usted consultar, si así lo desea, la carta que he enviado al profesor Elorza2, así como una nota3 que presenta la paradoja objeto de esta carta.

Lo saluda atentamente,

Sebastián Nowenstein,

professeur agrégé.

1Tan pronto como se produjo el movimiento salvador que acaudilla el general Franco, me he unido a él diciendo que lo que hay que salvar en España es la civilización occidental cristiana y con ella la independencia nacional, ya que se está aquí, en territorio nacional, ventilando una guerra internacional. (…) En tanto me iban horrorizando los caracteres que tomaba esta tremenda guerra civil sin cuartel debida a una verdadera enfermedad mental colectiva, a una epidemia de locura con cierto substrato patológico-corporal. Las inauditas salvajadas de las hordas marxistas, rojas, exceden toda descripción y he de ahorrarme retórica barata. Y dan el tono no socialistas, ni comunistas, ni sindicalistas, ni anarquistas, sino bandas de malhechores degenerados, excriminales natos sin ideología alguna que van a satisfacer feroces pasiones atávicas sin ideología alguna. Y la natural reacción a esto toma también muchas veces, desgraciadamente, caracteres frenopáticos. Es el régimen del terror. España está espantada de sí misma. Y si no se contiene a tiempo llegará al borde del suicidio moral. Si el miserable gobierno de Madrid no ha podido, ni ha querido resistir la presión del salvajismo apelado marxista, debemos tener la esperanza de que el gobierno de Burgos tendrá el valor de oponerse a aquellos que quieren establecer otro régimen de terror. (…) Insisto en que el sagrado deber del movimiento que gloriosamente encabeza el general Franco es salvar la civilización occidental cristiana y la independencia nacional, ya que España no debe estar al dictado de Rusia ni de otra potencia extranjera cualquiera, puesto que aquí se está librando, en territorio nacional, una guerra internacional. Y es deber también traer una paz de convencimiento y de conversión y lograr la unión moral de todos los españoles para restablecer la patria que se está ensangrentando, desangrándose, envenenándose y entonteciéndose. Y para ello impedir que los reaccionarios se vayan en su reacción más allá de la justicia y hasta de la humanidad, como a las veces tratan. Que no es camino el que se pretenda formar sindicatos nacionales compulsivos, por fuerza y por amenaza, obligando por el terror a que se alisten en ellos, ni a los convencidos ni convertidos. Triste cosa sería que el bárbaro, anti-civil e inhumano régimen bolchevístico se quisiera sustituir con un bárbaro, anti-civil e inhumano régimen de servidumbre totalitaria. Ni lo uno ni lo otro, que en el fondo son lo mismo. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_de_Unamuno, consultado el 24 de septiembre de 2017.

2http://sebastiannowenstein.blog.lemonde.fr/2017/09/14/unamuno-adalid-de-la-legalidad-carta-al-profesor-elorza-sobre-los-limites-de-la-analogia/

3http://sebastiannowenstein.blog.lemonde.fr/2017/09/24/mas-sobre-la-vertiginosa-comparacion-de-elorza-coscubiela-unamuno-en-el-parlament/