Israel y el paramilitarismo latinoamericano. El caso colombiano. Bitácora de mis clases.

En la última clase, antes de las vacaciones, hablamos de los hornos crematorios que construyeron en Colombia las AUC para hacer desaparecer los cadáveres de sus víctimas. Señalé, sin duda lo recordaréis, que los hornos crematorios habían sido utilizados por los nazis para exterminar a los judíos, a los gitanos, a los homosexuales. Uno de vosotros me dijo, que sí, que él sabía lo que había pasado con los judíos, que lo habían estudiado en historia. Vuestro compañero nos habló de las duchas falsas y de las cámaras de gas. M. lo interrumpió: « Eh, S, no le vas a explicar al profesor lo que son las cámaras de gas, él lo sabe ». Yo contesté que no importaba, que S. podía explicar lo que eran las cámaras de gas, aunque, sí, yo sabía, en efecto, lo que eran y que dos de mis tías abuelas habían muerto en ellas.

Lo que no os dije fue que las AUC recibieron entrenamiento en Israel. Fue el caso del fundador del grupo, Carlos Castaño, y, también, el de Salvatore Mancuso, uno de sus principales líderes. Carlos Castaño escribió:

“De hecho, el concepto de autodefensa en armas lo copié de los israelitas”

Citado por L. Britto, , https://www.elespectador.com/el-magazin-cultural/colombia-e-israel-una-historia-intima/

La historiadora colombiana Lina Britto aborda la cuestión de la colaboración entre los aparatos militares y de seguridad de Israel y Colombia en un artículo reciente:

Tres años más tarde, en 1987, mientras Israel reprimía la primera intifada palestina, este mismo consorcio paraestatal contrata a la compañía Spearhead. Según un informe confidencial de la embajada de Estados Unidos en Bogotá, ahora en el archivo público de la Comisión de la Verdad, el general retirado israelí Yair Klein trabajó durante dos años junto a sus compatriotas Terry Melnyk, Tzedaka Abraham, Izhack Shoshani Merariot y Arik Piccioto Afek en preparar al menos a 45 hombres en técnicas paramilitares, además de proveerlos con armas. Servicios y productos de seguridad israelíes se convierten en insumos claves en la profesionalización del proyecto contrainsurgente colombiano justo en el momento en el que los antiguos aliados de Israel en el continente comienzan a buscar salidas democráticas a sus conflictos. Ahí la importancia de Colombia para Israel. »

Colombia e Israel, una historia íntima, https://www.elespectador.com/el-magazin-cultural/colombia-e-israel-una-historia-intima/

Lina Britto cita un artículo del profesor Les W. Field, del que retengo unas líneas que confirman lo que ella escribe:

As the relationships between the governments of Colombia and Israel developed, so too did the relationships between privatized forms of the national security state in Israel and the paramilitaries in Colombia. The Israeli security firm Spearhead, led by retired IDF colonel Yair Klein, started training paramilitaries from the AUC in the mid-1980s, the era when Castaño was educated in Israel. By the early 2000s, under the first Uribe administration, the Colombian government was dealing directly with the privatized parallel arm of the Israeli security state, epitomized by retired general and former director of operations for the IDF Yisrael Ziv, whose firm Global Comprehensive Security Transformation was co-owned with Brigadier Yossi Kuperwasser (see Reference Steinsleger 2008). Ziv also was part of a think tank called Counter-Terrorism International, and the Task Force on Future Terrorism created in 2005 by the US Office of Homeland Security. During this same period, a private Israeli firm in Guatemala, GIRSA, formally associated with IDF, arranged for massive arms shipments to the AUC. After 2010, the official government-to-government relations between the two countries have also become ever more intimate.

https://www.cambridge.org/core/journals/latin-american-research-review/article/colombiaisrael-nexus-toward-historical-and-analytic-contexts/09B58D46CBCD3DFFD963C7435D5094E5

El profesor Fields señala parecidos entre la ideología de extrema derecha que acompaña en Israel y en Colombia a la represión que se ejerce contra comunidades consideradas como culpables por ser quienes son:

Uribe, by contrast, accepted the paramilitaries’ understanding of the marginalized, especially the indigenous and Afro-Colombian communities, as already subversive, as already in the FARC camp, precisely by virtue of their poverty and disenfranchisement (Oslender 2008). Uribe, like Castaño, aimed to implement a narrower nationalist vision of Colombian national identity, one that would eliminate subversives through the armed might of both the military and the paramilitaries. This twenty-first-century Colombian reiteration of radical right, counterrevolutionary, and anti-indigenous politics enacted by a state that also manifests as a privatized parastate comprises the points of connection with Israel’s own security ideology, its own mix of state and parastate, and its almost seven-decade-old war to subjugate the indigenous people of Palestine.

El profesor Fields concluye su artículo desarrollando la idea de que los casos colombiano e israelí presentan analogías significativas:

As the result, the combination of official state policy, the systematic control over Palestinian populations by the IDF, and settlers’ paramilitary activities suggests affinities to the Colombian case.
In both the Colombian and Israeli cases, paramilitaries and synchronicity with a parastate are useful for the extension of the legitimate state’s reach and the creation of space for multinational profit making, when and if the intensive phase of violent warfare with subversives is successfully ended. “Peace” in Colombia and Israel in other words means the next round of capitalist growth, under the rubric of national security states buttressed by paramilitaries and their parastate apparatus. Does this proposed convergence of interests and future ambitions form the basis for the apparently intensifying connection between Israel, the Colombian state, and paramilitarism in Colombia?

Leo en el informe (ANEXO I) de la Comisión de la verdad colombiana:

Sobre esto, la Comisión conoció también la manera como la investigación sobre el caso de la masacre cometida en las fincas de Honduras y La Negra, hoy corregimiento de Nueva Colonia, municipio de Turbo, en Antioquia, reveló los nexos entre miembros del Ejército, grupos paramilitares, narcotraficantes y mercenarios israelíes.

Bohórquez Montoya fue retirado del Ejército y, posteriormente, el 24 de junio de 1991, asesinado, después de anunciar que iba a revelar los nexos entre el grupo de mercenarios israelíes que habían entrenado a paramilitares en el área de jurisdicción del Batallón Bárbula, y altos oficiales del Ejército.

Uno de los israelíes que entrenaron a los paramilitares colombianos fue Rafi Eitan. Al final de su vida, Rafi Eitan mandó un mensaje de apoyo al partido de extrema derecha AfD. La presencia del antisemitismo en dicho partido está fuera de dudas (ver, por ejemplo, L’AfD et l’antisémitisme, François Danckaert). Rafi Eitan fue consejero en cuestiones de terrorismo del primer ministro israelí Menahem Begin.

Reproduzco un fragmento de las declaraciones de Salvatore Mancuso ante la justicia colombiana en que el exdirigente de las AUC explica cômo le llegó la instruccion de construir hornos crematorios:

Mancuso y los hornos crematorios

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Taller de escritura

I. En Tema del traidor y del héroe (os recuerdo que la clase está aquí), del escritor argentino Jorge Luis Borges, Ryan, bisnieto de un hombre al que la nación irlandesa considera como un héroe, descubre que su antepasado fue, en realidad, un traidor. Al principio de su relato, Borges precisa que la historia hubiese podido ocurrir en muchos lugares y en muchas épocas. Os propongo las ideas siguientes:

  1. Arón, nieto de un prestigioso militar israelí, descubre que su abuelo entrenó a las AUC.
  2. Pedro descubre que su padre fue miembro de las AUC.

¿Cómo actúan Pedro y Arón?

II. En Tema del traidor y del héroe, Ryan decide ocultar lo que ha descubierto para proteger la memoria de su antepasado, que es uno de los mitos fundadores de la historia de su país. Imaginemos que un historiador inglés ha descubierto la verdad y que la ha hecho pública. Imaginemos que Ryan disponga del poder de suprimir dicha verdad o de atenuar la conciencia de la misma en la población. Escribe de nuevo la historia a partir de estas bases.

III. Llevemos ahora la historia a Colombia, que ha tomado una posición muy crítica respecto de los bombardeos de Israel en Gaza. El presidente Petro ha recordado la influencia que tuvieron en las AUC sus instructores israelíes. Las relaciones entre Colombia e Israel están cerca de la ruptura, como informa El País. La embajadora de Colombia en Israel fue convocada a una conversación de reprimenda. Imagina dicha conversación refiriéndote a los documentos propuestos aquí o a otros que puedas encontrar.

IV. Aquí tienes una conversación entre dos colombianos. Uno de ellos es judío y el otro de origen palestino. Escríbeles una carta para preguntarles lo que piensan de la afirmación de Sylvain Cipel, autor de L’Etat d’Israël contre les Juifs, según la cual las instituciones comunitarias judías que niegan los crímenes de Israel favorecen el antisemitismo:

Il en va de même de ces Juifs communautaires prêts à défendre Israel jusqu’aux pires crimes: Ils favorisent l’antisémitisme. « 

CYPEL, Sylvain, L’État d’Israël contre les Juifs, Paris, La Découverte, 328 p., 2020.

Algunas líneas antes, el autor citaba al reconocido sociólogo Michel Wieviorka que le declaró que si los judíos de Francia llegan a considerar que, haga lo que haga, el gobierno de Israel es forzosamente justo y que llegan a justificar crímenes, están contribuyendo a reforzar el antisemitismo:

Si les Juifs de France en viennnent à considérer que, quoi qu’il fasse, le gouvernement d’Israël est forcément juste, et qu’ils en viennent à justifier des crimes, alors ils participent au renforcement de l’antisémitisme.

En el siglo XVII, el ensayista español Feijóo escribía:

Cuando yo, por más tortura que dé al discurso, no pueda pasar de una prudente duda, me la guardaré depositada en la mente y dejaré al pueblo en todas aquellas opiniones que entretienen su vanidad o fomentan su devoción. Sólo en caso que su vana creencia le pueda ser perjudicial, procuraré apearle de ella, mostrándole el motivo de la duda».

https://es.wikisource.org/wiki/Teatro_cr%C3%ADtico_universal:_Glorias_de_Espa%C3%B1a

También puedes considerar esta frase, mucho más escueta del novelista jamaicano:

Not everything the eye sees should be spoken by the mouth. »

MARLON, James, Black Leopard, Red Wolf (2019), Riverhead Books.

¿Hay circunstancias en las que es legítimo negar, ocultar o deformar un hecho histórico?

VI. Dispones de la capacidad de viajar en el tiempo y quieres evitar los horrores de la guerra civil colombiana: ¿Cómo haces?

***

Anexo I. Fragmentos del informe de la Comisión de la verdad de Colombia que contienen la palabra Israel o israelí.

https://www.comisiondelaverdad.co/hay-futuro-si-hay-verdad

Capítulo Hallazgos y recomendaciones.

Es en el marco de estas capacitaciones que llegan exmilitares mercenarios como el israelí Yair Klein, el australiano Terry Tagney y el excoronel inglés Peter Mc Aleese, que lideraron algunos de los cursos que se ofertaron en las múltiples escuelas creadas. Journeyman Pictures. «Colombia Drug Cartel Mercenaries» Short – 4 min The Westerners Training Escobar’s Medellín Cartel, nota periodística desde Londres transmitida por el noticiero estadounidense NBC el 1 de octubre de 1989. https://www.journeyman.tv/film/1952

Sobre esto, la Comisión conoció también la manera como la investigación sobre el caso de la masacre cometida en las fincas de Honduras y La Negra, hoy corregimiento de Nueva Colonia, municipio de Turbo, en Antioquia, reveló los nexos entre miembros del Ejército, grupos paramilitares, narcotraficantes y mercenarios israelíes.

El general José Joaquín Matallana, en 1974, denunció en un
memorando de la Dirección de Aduanas Nacionales (DIAN) que había un «cinturón de marihuana» en el que participaban extranjeros, personas de la Florida y Texas, así como mafias italianas e israelíes.

La mayoría de estas masacres de 1988, y las consumadas en años siguientes, mostraron la relación del narcotráfico con un paramilitarismo contrainsurgente. La mayoría de ellas, sin embargo, se disfrazaron como enfrentamientos entre el EPL y las FARC-EP.
En ellas estuvieron implicados sicarios de las escuelas de entrenamiento del mercenario israelí Yair Klein y militares del Batallón Voltígeros.

Capítulo No matarás

Ese mismo año, por lo menos tres grupos de mercenarios extranjeros –primero británicos y luego israelíes– habían estado en Puerto Boyacá y en Putumayo, financiados por el narcotráfico y con anuencia del Ministerio de Defensa, para entrenar en técnicas de combate urbano y terrorismo a personas que, en en esencia, trabajaban para los carteles del narcotráfico. Uno de los alumnos fue Carlos Castaño Gil. Estos grupos habrían sido contratados luego de que las FARC-EP asesinaran a Pablo Emilio Guarín, político fundador del paramilitarismo de Puerto Boyacá. En retaliación los narcotraficantes y en particular Rodríguez Gacha, con apoyo de algunos oficiales del Ejército, querían atacar a Casa Verde. No lo lograron. Los mercenarios se fueron, pero sus técnicas se quedaron.

Incluso antes de que les encargaran formalmente intervenir en la guerra contra las drogas, los militares venían ya de una historia de colaboración con el narcotráfico, bien fuera porque las guerrillas eran un enemigo común y las combatieron juntos, como sucedió en el Magdalena Medio cuando Gonzalo Rodríguez Gacha financió la contratación de mercenarios para un fallido ataque a Casa Verde, así como el traslado a Colombia de mercenarios británicos e israelíes para el entrenamiento de fuerzas paramilitares contrainsurgentes que estaban revueltas con pistoleros del narcotráfico en Puerto Boyacá, o porque habían sido infiltrados y corrompidos en algunas regiones, como sucedió en Trujillo, Valle.

Solían poner como ejemplo el caso de Israel, país que en diversas ocasiones realizó canjes de prisioneros con Palestina. El Gobierno colombiano, por su parte, apostó por el camino militar: los rescates a sangre y fuego. El primero de ellos fue un desastre.

La primera estaba garantizada y, con ajustes que se hicieron de la mano de asesores de Israel y del Reino Unido, se logró una infiltración extrema de los círculos de confianza de varios de los dirigentes de las FARC-EP.

A diferencia de experiencias anteriores, las partes se guiaron por el principio de «negociar como si no hubiera guerra y pelear la guerra como si no hubiera negociación», inspirada por un dictum del exprimer ministro israelí Isaac Rabin, durante las negociaciones adelantadas en Oslo entre su gobierno y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), a principios de la década de los noventa.

Capítulo Hasta la guerra tiene límites

A partir de los ochenta, el secuestro aumentó y se hizo más notorio. Un ejemplo es la toma de la Embajada de la República Dominicana por parte del M-19, que se desarrolló desde el 27 de febrero hasta el 25 de abril de 1980 en Bogotá. Durante esta acción fueron tomados como rehenes dieciséis diplomáticos, entre los que se encontraban los embajadores de Estados Unidos, Brasil, Venezuela, Costa Rica, México, Uruguay, Austria, El Salvador, Egipto, Guatemala, Haití, Suiza, Israel, Italia, República Dominicana y el nuncio papal. A partir de la negociación, el 25 de abril los guerrilleros responsables se trasladaron a Cuba con los secuestrados, donde finalmente fueron liberados.

En 2006, Colombia ocupó el puesto seis en gasto en defensa entre 27 países en los que había conflicto armado (solo la superaron Israel, Burundi, Etiopía, Rusia y Angola).

La Prensa, 15 de octubre de 1989, 5, citado en: Grupo de Memoria Histórica, La Rochela.
Bohórquez Montoya fue retirado del Ejército y, posteriormente, el 24 de junio de 1991, asesinado, después de anunciar que iba a revelar los nexos entre el grupo de mercenarios israelíes que habían entrenado a paramilitares en el área de jurisdicción del Batallón Bárbula, y altos oficiales del Ejército. En su declaración ante Justicia y Paz, el exjefe paramilitar Iván Roberto Duque, alias Ernesto Báez, lo mencionó y sostuvo que fue asesinado porque públicamente amenazó a sus superiores con tener unos casetes que los comprometían.

«Yo sí les voy a decir las cosas como son. En ese entonces que sucedió esa vaina de La Rochela, yo era el comandante militar de las Autodefensas del Magdalena Medio y Alonso de Jesús Baquero Agudelo era mi subalterno y un subalterno no puede pasar por encima de un superior. Yo les acepto a ustedes, nunca les he negado de que yo fui paramilitar, fui instructor militar, que estuve en la escuela 050, que yo recibí los israelitas, que yo recibí toda esa plaga y que entrené mucha gente, más de 5.000 hombres en armas, los entrené pa la guerra con la ideología que me había dicho un general de la república […] que él [el general al que se refiere es Farouk Yanine Díaz] decía que para poder combatir a la guerrilla se necesitaba otra guerrilla, pero con diferentes ideales porque si no no se podía hacer nada.

En Puerto Boyacá, además de la participación de militares y exmilitares de la Brigada Decimocuarta del Ejército, en el entrenamiento también participaron de forma reiterada algunos mercenarios israelíes y británicos que eran traídos por mandos de las Fuerzas Armadas en alianza con narcotraficantes como Gonzalo Rodríguez Gacha, Pablo Escobar y Víctor Carranza; escuelas en las que asistían paramilitares de diversas regiones del país.

Capítulo La Colombia fuera de Colombia

Tras haber identificado una finca en el Magdalena Medio que se utilizaba como centro de torturas y entrenamiento de sicarios por un asesor israelí y como laboratorio para producir cocaína, organizó una comisión judicial y de peritos de criminalística pidiendo apoyo al DAS, la Policía y la Dirección de Instrucción Criminal.

En este caso, el contenido de estas investigaciones señalaba la relación de funcionarios de la Gobernación de Antioquia con una masacre en el Bajo Atrato chocoano, en el contexto de la operación Génesis en febrero de 1997, el apogeo de las cooperativas de vigilancia privada (Convivir) y su relación con el proyecto paramilitar, lo que originó las amenazas y la salida de Colombia de uno de estos periodistas, primero hacia Israel y posteriormente, en 1998, hacia España

«De esos cursos identificaban qué personas les servían para las Convivir. […] Por esa investigación tuve que salir trece años de Colombia. Para mí es una omisión grave del Estado, que no solo no me protegió, sino que siguió investigando sobre mí en Israel y en España

Porque aclaro una cosa: nosotros también tuvimos seguimientos en Israel porque hubo una visita que organizó el DAS o la Embajada de Colombia; nosotros estábamos en el Kibutz Baram, en la frontera con el Líbano, y afortunadamente en ese kibutz había personas de origen argentino –judíos argentinos– y me dijeron “Hay alguien, una pareja, parece que vienen de la Embajada de Colombia, están preguntando por vos y por tu mujer y están recogiendo información. Yo me asomé a ver quiénes eran y se fueron”»

Anexo II. Fragmentos de Assisting Killing is Allowed with Permission Only

Documents of the Ministry of Foreign Affairs now made public by the State Archives show that indeed the State of Israel did not sell military equipment directly to the militias, but it either knew about it, or “turned a blind eye” as Judge Dorner said of Klein – knowing that the Colombian army and generals had armed, trained and operated militias that murdered and made civilians disappear.

(…)

In addition to the agreement to negotiate Israel’s purchase of coal and oil on a regular annual basis, according to the memorandum prepared from this meeting, President Barco said to Minister Sharon that “a radical change must be made in the Colombian military conception” and emphasized the need of “Israel’s aid in this area”. In a press conference held after the meeting, Minister Sharon called for the creation “of a united front of all the free states headed by the US to wage a war on terror” and claimed that the Lebanon War produced “evidence of cooperation between Colombian underground movements and the Palestine Liberation Organization”.

(…)

The tightening of military relations between the states that began in the mid-1980s, despite clear knowledge that the Colombian army which receives knowhow and weapons from Israel, continues to operate and arm militias who exterminate civilians and left-wing activists and politicians, and especially activists of the UP Party.

(…)

The conclusion arising from the Israeli involvement in Colombia is that as far as the Israeli governments are concerned, as long as civilians and leftists the world over are murdered by weapons and military know-how exported with the permission and supervision of the Israeli Ministry of Defence, things are legitimate. If any former army man does without permission the same things that other Israelis commit with permission of the Ministry of Defence, then it is a serious matter that deserves condemnation. However, it can be assumed that the families of the Colombian victims were never interested in the Israeli “death bureaucracy”, in other words, if the person who provided the weapons and knowhow that murdered or disappeared their loved ones was acting with or without official permission, nor whether the weapons were delivered directly from Israel to the militia or indirectly through the security forces who then passed them on to the militia.

(…)

The State of Israel has never been accountable for its involvement in the horror of the Colombian civil war, and through the Klein affair, has managed to distance itself from this war in public opinion. In like manner, since 2013, Israel has been involved in the horrors of South Sudan’s civil war and will likely go on to be involved in such horrors in other countries as well.

http://statecrime.org/assisting-killing-is-allowed-with-permission-only/