El peronismo, Cortázar y Borges. Casa tomada. El simulacro.

Nota para mis alumnos. Las nociones de nuestro programa y los textos estudiados.
El texto Casa tomada, que estamos estudiando, ha sido interpretado como la ilustración metafórica del temor de las clases pudientes argentinas ante la irrupción de los sectores populares en los espacios sociales y políticos que dicha clase siempre había considerado como propios y exclusivos.
Casa tomada, por lo tanto, nos permite ilustrar la noción de lugares y formas del poder, puesto que lo que estaba en juego con la irrupción del peronismo era en qué forma iba a repartirse el poder político, quién iba a ejercerlo y si el espacio de la República Argentina iba a abrirse a todos los ciudadanos.
La noción de espacios e intercambios la vemos aparecer en negativo, por la ausencia de intercambios entre quienes ocupan los espacios de la casa, en el relato; del país, en la interpretación metafórica del relato que hemos mencionado.
La cuestión de la idea de progreso puede plantearse de un punto de vista político: ¿Hay progreso cuando se extiende la participación política del pueblo? ¿Hay progreso si esta extensión se efectúa de manera caótica o brutal?
Podemos abordar la noción de mitos y héroes a través del relato de Borges El simulacro, que alude a las honras fúnebres que se prodigaron a Evita y a los desconocidos que, dice el relato, figuraron, para el crédulo amor de los arrabales, una crasa mitología.
Precisemos que en el texto de Cortázar nada permite establecer una relación directa entre lo narrado y las circunstancias políticas del auge del peronismo, como lo hace la metáfora de la casa tomada. Sin embargo, el que dicha interpretación haya gozado de tanta atención en la sociedad argentina nos autoriza a integrarla en nuestra reflexión.