El problema no son los restos de Queipo de Llano, sino la Basílica de la Macarena.

La Hermandad de la Macarena anuncia hoy el traslado de los restos de Queipo de Llano de la Basílica de la Macarena a un columbario situado en el citado templo.

Como ya tuve oportunidad de explicar en una carta que le dirigí a la Junta de Gobierno de la Hermandad y que ha quedado sin respuesta, el problema de los restos de Queipo de Llano es periférico. Lo importante, es el edificio, construido mediante una expoliación del pueblo sevillano que se llamó impropiamente cuestación, término que designa el pedido de limosnas con un objeto piadoso o benéfico, pero que conlleva la idea de que las donaciones se realicen de manera voluntaria.

El que una organización que dice inspirarse de sentimientos generosos y cristianos opere en un edificio financiado por una expoliación del pueblo sevillano auspiciada por el clima de terror obsceno que hizo reinar el general es una contradicción mayúscula que solo podría superarse con la devolución del edificio al pueblo de Sevilla, representado legítimamente por su Ayuntamiento.

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