Caso Antonio Pastor Martínez. Carta a mis compañeros españoles.

Estimados compañeros,

Las disposiciones legales1 que rigen nuestro desempeño de docentes, tanto en España como en Francia, donde yo trabajo, nos confían la misión de transmitir conocimientos fidedignos a nuestros alumnos, así como la de obrar para hacer de ellos ciudadanos capaces de ejercer su juicio crítico.

El motivo de escribiros hoy es el deseo de compartir con vosotros el dossier que he preparado sobre la cuestión de la falsificación de la historia tal como se manifiesta en el caso de Antonio Pastor Martínez, un anciano que pretendió haber estado deportado en el campo nazi de Mauthausen. Mi enfoque consiste en interesarme no en el impostor sino en quienes contribuyeron a transformar lo que hubiera podido ser un simple desvarío de una persona mayor, en Historia. También me parece necesario y oportuno que reflexionemos sobre cómo puede llegarse a restablecer la verdad histórica, cuando los mecanismos que hubieran debido activarse han fallado y cuando, a pesar de haberse demostrado convincentemente en 2004 que Antonio Pastor Martínez nunca estuvo en el campo de Mauthausen2, el mito de su deportación aun perdura. Yo creo que nosotros, docentes, por la formación que hemos recibido y por la naturaleza de la misión que la sociedad nos confía, podemos y debemos implicarnos en asuntos de este tipo para restablecer la verdad histórica y para mostrar a nuestros alumnos un ejemplo de ejercicio crítico de la ciudadanía

El dossier se compone principalmente de 12 cartas que he mandado a personas o instancias que o bien han tenido responsabilidad en la forja de la impostura, o bien han contribuido activa o pasivamente en su mantenimiento. La reacción siempre ha sido de indiferencia o de silencio. En este asunto, prevalece hoy una situación algo orweliana en que la verdad histórica sucumbe ante la fuerza de la ficción. Me permito ilustrar con dos ejemplos esta situación orweliana de la que os hablo:

Hoy, en el momento de escribiros, un documento3 de la Junta de Andalucía destinado al público escolar, presenta como verdadera la deportación de Antonio Pastor Martínez.

En 2009, con una impunidad total, el animador de Canal Sur Roberto Sánchez Benítez cita en un blog de su cadena4 su documental Mauthausen. Vivir para contarlo, que presenta como auténtico el testimonio de Antonio Pastor Martínez, en un ejercicio de autopromoción carente de todo pudor. En la versión de la historia digna de Holywood que nos transmite este documental una carta de un cura francés bondadoso y amante de la música convence a las autoridades nazis de que liberen a Antonio Pastor Martínez.

En el dossier que os trasmito encontraréis situaciones análogas a estas que menciono. Os propongo también en él algunas pistas de trabajo en común, que, tal vez, podréis completar vosotros con nuevas ideas o sugerencias.

Estimados compañeros, los textos legales que he citado no nos dejan más que una vía para abordar los crímenes nazis y franquistas: la de la verdad. Agreguemos que ceder a la tentación de sustituirla por ficciones vistosas tienen por efecto favorecer un clima de relativismo5 que es el mejor caldo de cultivo de negacionistas de toda índole que buscan sepultar en el olvido estos crímenes y, de paso, dejar en campos y cunetas los restos de quienes los padecieron.

1Ver la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación:http://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2006-7899 y el Code de l’Éducation francés: https://www.legifrance.gouv.fr/affichCode.do?cidTexte=LEGITEXT000006071191&dateTexte=20170115

2La mayor parte de las informaciones que utilizo en el dossier provienen del artículo de Benito Bermejo y Sandra Checa que reveló la impostura : La construcción de una impostura. Un falso testigo de la deportación de republicanos españoles a los campos nazis, disponible aquí : http://www.exilioydeportacion.com/impostura.pdf

3http://www.juntadeandalucia.es/educacion/vscripts/wbi/w/rec/3152.pdf

4http://sebastiannowenstein.blog.lemonde.fr/2016/12/17/carta-a-roberto-sanchez-benitez-caso-antonio-pastor-martinez/

5El profesor García Carcel defiende con fuerza la necesidad de deslindar la realidad de lo mítico e imaginario, para luego deplorar -sin temor a la contradicción- que se haya realizado una crítica excesiva de los mitos del franquismo en comparación con la manera en que se tratan los de los nacionalismos periféricos. Recurrir a criterios de oportunidad política para determinar lo que ha de ser el trabajo del historiador y no a criterios de cientificidad es una de las formas que toma el relativismo. En este esquema, los hechos históricos están al servicio del combate político. La escuela, como institución políticamente neutra al servicio de la sociedad, está en contradicción estructural con este enfoque. Pueden hallarse las referencias a las posiciones que defiende el profesor García Carcel en esta carta que le envié en 2014 y a la que el profesor contestó lamentando que sus poca disponibilidad le impidiese contestar a mis observaciones.