La cuestión de Doñana vista con el prisma de mi programa.

El vídeo de esta clase puede verse pinchando aquí.
Buenos días.
En este asunto de Doñana y del robo de agua para producir fresas que hemos estado viendo, me parece que podemos, sin dificultad, encontrar dos nociones que tenemos en el programa: lugares y formas del poder y espacios e intercambios.
Tenemos diferentes poderes: el de los lobbys, el del gobierno español y el de la Junta de Andalucía, el de la Unión europea, el de los agricultores, el de la prensa… Estos poderes se ejercen en lugares diferentes Marruecos, Andalucía, Madrid, Bruselas, un supermercado… Y las formas en que se ejerce el poder también son variadas: a través de la aplicación de la ley, a través del incumplimiento de las obligaciones que la misma impone, a través de la diligencia, o de la desidia, a través de manifestaciones y acciones violentas o ante los tribunales…
Intentemos resumir la situación viéndola a través del prisma del poder.
Unas personas adquieren el poder de desobedecer a la legislación transformando tierras forestales en tierras agrícolas y robando agua, lo que produce daños considerables en un parque natural de una importancia ecológica primordial.
Los funcionarios que, en cumplimiento de su deber, intervienen, son objeto de intimidaciones, amenazas e incluso ataques.
Sus denuncias se pierden. La justicia interviene, pero con una extrema lentitud.
El agua sigue robándose, las fresas se venden sin problema en España y en el extranjero.
La Comisión europea interviene, pero la cosa también lleva tiempo por ese lado.
Mientras tanto, la Junta de Andalucía negocia y acepta el hecho consumado de la transformación de tierras forestales en tierras agrícolas. La Junta acepta que las tierras ilegales se vuelvan legales.
La ley ha sido burlada. El parque de Doñana se deseca. La producción de fresas prospera.
Espacios e intercambios.
Las fresas, producidas en torno a Doñana viajan.
Se las consume por toda Europa.
En parte, son el resultado de delitos, como lo hemos visto: explotación ilegal de tierras y robo de agua.
Pero no importa. Nada impide estos intercambios, nada parece frenarlos.
¿Son legales estos intercambios? Buena pregunta, me parece. No sé si puede considerarse legal que un supermercado venda fresas que son el resultado notorio de un delito.
Bueno, en todo caso, hay intercambios. Las fresas se exportan.
También hay intercambios humanos.
La mano de obra en los invernaderos es, sobre todo, extranjera. Se trata, con frecuencia, de mujeres del este de Europa y de Marruecos. Son mujeres que, a menudo, no hablan español y que, con frecuencia, están en posición de debilidad, siendo incapaces de hacer valer sus derechos.
A todos nos gusta comer fresas. Pero, ¿nos gustan también todos los intercambios que llevan hasta nuestro paladar este oro rojo, como se lo llama a veces?
http://sebastiannowenstein.blog.lemonde.fr/2019/04/10/donana-une-synthese/