Carta a una amiga salvadoreña.

Más sobre El Salvador.

Hola de nuevo, querida amiga, 

Observo la extravagante popularidad de Bukele en tu sufrido país y siento el temor sordo de que lo que él encarna sea como un anuncio de días infaustos, no solo para ustedes sino también para otros muchos lugares de América y del mundo. Tras leer el último y riguroso editorial de El Faro, he puesto el mensaje siguiente bajo el tweet que lo anuncia (https://twitter.com/SNowenstein/status/1573549758089764865 ): 

“Docente en Francia, busco salvadoreños que tengan a bien efectuar este ejercicio: “¿Cómo explicar la popularidad de NB? El historiador C. Ginzburg piensa con preocupación que el fascismo tiene futuro. ¿Es un fascismo lo que se está construyendo en El Salvador?” 150 palabras.” 

Tal vez haya  entre tus conocidos o amigos quien tenga a bien realizar el ejercicio y dejarlo bajo mi mensaje. También, claro, se me puede escribir personalmente. El objetivo es confrontar las respuestas obtenidas con el trabajo de los alumnos y, quizás, facilitar un diálogo ulterior. 

También, no lo oculto, quisiera ver qué pasa si voces disonantes aparecen en medio del cortejo de halagos y elogios al presidente que acompaña cada una de las menciones que de él aparecen en Twitter. Me llama la atención la escasísima respuesta que, me parece, se da en dicha red social a ese indecoroso bochinche. 

Desearía, sin duda con una ingenuidad que, espero, se me perdone, que el ejercicio humilde de intercambio que sugiero sea para alguno como una bocanada de aire fresco en lo que, desde fuera, veo como un asfixiante “debate” público hecho de frasecitas y de argumentaciones de cuya vacuidad, irracionalidad y deslealtad citaría como ejemplo los raps con los que Marroquín reaccionó ante los audios de El Faro. Con este ruido, con estas vociferaciones, el régimen de Bukele rehúsa el debate y lo ahoga y acalla. Con ellos sofoca hasta extinguirla la verdad de esas negociaciones con las maras que ahora niega por faltarle la honestidad de renegar de ellas. 

El editorial de El Faro es inapelable, admirable, digno, heroico. Pero urge más que nunca entender el porqué de Burkele, para, después, saber cómo hacer para proteger nuestro futuro común de un pasado que, como nos avisa Ginzburg, tal vez esté volviendo y hasta pisándonos los talones. 

Ánimo, querida S. 

Un abrazo fuerte desde Bélgica. 

Sebastián.

PD: El artículo que contiene las inquietudes de Ginzburg está aquí: https://www.mediapart.fr/journal/culture-idees/200922/carlo-ginzburg-le-fascisme-un-futur

https://sebastiannowenstein.org/category/salvador/