Para el ejercicio de hoy hemos creado a Ranta Astrastar, profesora española de literatura radicada en Islandia. Ranta se ha especializado en la literatura de Centroamérica, en la de mujeres, en particular. Ranta tiene, asimismo, una actividad militante en favor de las reivindicaciones de los pueblos indígenas, siendo los de Guatemala aquellos con los que más ha trabajado. Para Ranta, las cuestiones de raza, de género, de protección del entorno y de desigualdad social son indisociables y requieren combates interzonales.
Para quienes participan en este taller desde principios del año no es necesario presentar al Lycée de Timburbrou. Sin embargo, como veo algunas caras nuevas, indicaré que el de Timburbrou es un centro de enseñanza secundaria establecido en un universo paralelo al nuestro con el que venimos teniendo contactos desde los inicios de estos talleres.
Os proponemos varios ejercicios, que, esperamos, correspondan a la heterogeneidad de los participantes de hoy, entre los cuales no son pocos los que han demostrado en sus ejercicios anteriores un gusto pronunciado por la biología y la física.
Ranta desaparece en Islandia el 5 de marzo de 2028 durante una excursión y su cuerpo es hallado el 5 de marzo de 2028 en una piscina de cría de pulpos de Champerico, Guatemala. El siete de marzo se denuncia la desaparición de su cuerpo de la morgue de Champerico y, el mismo día, un agricultor islandés da con la joven, que declara haberse perdido y agradece al agricultor su ayuda.
Escribe el artículo que publica Nuestro Diario, órgano de prensa de Retalhuleu, departamento al que pertenece Champerico, relatando el hallazgo del cuerpo de la joven y su posterior desaparición de la morgue.
¿Pueden las leyes de la física explicar la desaparición de Ranta en Islandia, su aparición, muerta, en Guatemala y su nueva aparición, viva y perdida, en Islandia?
Ranta es gallega y forma parte de un colectivo que se opuso a la implantación de una macrogranja en la costa de su región después de la creada por el grupo Nueva Pescanova en las islas Canarias. Ranta participó en la escritura de un guion que cuenta la vida en la macrogranja vista por un pulpo. La película pone de relieve la gran inteligencia del pulpo y le atribuye emociones humanas. Al hacinar a estos animales solitarios en piscinas de cría masificadas, se les inflige un sufrimiento atroz que Ranta se esforzó en traducir en lenguaje humano.
Redacta las primeras líneas del guion en el que un pulpo, anteviendo su muerte inminente, cuenta lo que ha sido su vida.
Los talleres que dieron lugar al guion que acabamos de mencionar se realizaron en el espacio público y eran, al mismo tiempo, actos de protesta. En concreto, el taller del que hablamos funcionó durante tres meses, delante de la sede social de Nueva Pescanova, hasta que la empresa anunció que descartaba el proyecto. Durante la realización de estos talleres, Ranta mantuvo conversaciones con un hombre de piel cetrina y rasgos indefinidos que defendía la idea de que estas macrogranjas constituían, en realidad, una gran victoria para el genoma de los pulpos, cuyo objetivo era alcanzar la mayor difusión posible. Esta posición se basa en la idea de que los individuos (el fenotipo) son los vehículos carnales que el genotipo crea para existir en el mundo. Durante la conversación, el individuo afirma ser la encarnación humana del genoma de los pulpos y reprocha a Ranta el que busque impedir su realización plena y entera, que pasa por el hecho de poner a los humanos al servicio del ADN de los pulpos favoreciendo la multiplicación de los cuerpos de estos últimos. El individuo observa que los humanos son capaces de capturar cantidades ingentes de peces, de transformarlos en harina y de usarla para alimentar a los pulpos. Para el contradictor de Ranta, los pulpos individuales no son más que un tejido de un gran individuo que la miopía de Ranta le impide percibir. Estos tejidos, tomados individualmente, son insignificantes, solo cuenta la masa de pulpo, porque solo cuenta la masa existente de ADN. La supuesta encarnación del ADN de los pulpos afirma que quiere reproducir el éxito evolutivo de los cerdos, que han conseguido poner a los hombres al servicio de la producción de carne de cerdo. Otro ejemplo comparable es el del trigo, que ha convencido a los hombres de imponer su presencia en territorios inmensos cuando, sin él, sin el hombre, esta modesta gramínea hubiese tenido que competir con innúmeras plantas y exponerse a ser consumida por los hambrientos seres heterótrofos que pululan en el medio natural y se alimentan de las plantas.
Imagina la conversación que tuvo Ranta con la supuesta encarnación del ADN de los pulpos (que se llamaba a sí mismo el Rey de los pulpos).
Otra campaña en la que Ranta participó fue la realizada contra el yate de Bertrand Anrault, un riquísimo industrial francés. Los talleres se instalaron delante de la sede social del grupo LVMH y allí se empezaron a escribir relatos que, provenientes del futuro, daban voz a una justicia que, en los últimos estertores de una humanidad moribunda, intentaba, con un apego conmovedor a los fenecidos valores, exigir responsabilidades por los miles de toneladas de CO2 emitidas por el yate. Uno de los testigos era un hombre alto, flaco, y barbado por quien Ranta había sentido primero una inmensa ternura y luego una pasión inconfesa que no condecía con una que ella creía bien establecida homosexualidad. Lo que aquel hombre seco y avellanado había escrito no era una ficción. Se trataba de una vindicación de la acción violenta en contra de los objetos que producían el calentamiento global. El texto, esencialmente jurídico o filosófico, contenía un anexo técnico que indicaba con precisión cómo hundir el yate de Bertrand Arnault sin provocar víctimas humanas. Ranta había insistido en que el individuo incluyese en su escrito algunos rasgos de los textos literarios. Con desdén, con indiferencia, Alanaris, así se llamaba, había aceptado. Con el correr de los años, aquel texto había terminado provocando el hundimiento del yate, mediante una bomba lapa aplicada al casco del navío. A pesar de las precauciones de Ranta, Alanaris, había sido acosado judicialmente por los abogados del industrial y había dado con sus huesos en la cárcel por incitación al odio. En su deposición ante el tribunal del futuro, Alanaris reveló que él se había hecho cargo de organizar el hundimiento que su texto anticipaba, que él había sido quien había puesto la bomba lapa, algo que la policía y los abogados de Bertrand Arnault hubiesen querido demostrar, pero que no había podido hacer ya que, en la fecha en que se produjo la explosión, numerosos testigos declaraban haber visto a Alanaris en una comunidad indígena que vivía en las estribaciones de la de la Guajira colombiana. Estas revelaciones, que no incluían la explicación de la presencia simultánea de Alanaris en dos puntos que distaban de miles de kilómetros uno del otro, habían transformado la percepción que se tenía de aquel anciano que, se entendía, no solo había sido un intelectual lúcido, sino también un hombre de acción capaz de hacer advenir sus predicciones.
Imagina la conversación en que Ranta declara su pasión a Alanaris, quien le contesta que él viene del futuro para salvar al mundo y que su misión le impide todo contacto carnal con mujeres del pasado.
El liceo de Timburbrou ha consignado fenómenos como los que han afectado a Ranta y a Alanaris. El profesor Nierenstein investiga sobre ellos. Escríbele una carta solicitando su ayuda.