Soy docente en Francia y, este año, he decidido trabajar con los podcasts de Radio Ambulante y de El Hilo.
El principio de base de lo que estoy haciendo es sencillo: cada alumno elige un podcast que le interese y realiza un trabajo personal libremente inspirado del mismo que ha de presentar a la clase.
El nivel de mis alumnos es heterogéneo. Algunos de ellos son perfectos bilingües, chicas y chicos de origen magrebí nacidos en España, en Barcelona, por lo general, y que han llegado con sus familias al norte de Francia, a Lille, donde enseño. Alguno descubre el español. La mayoría tiene un nivel que hace su comprensión sin ayuda de un podcast de Radio Ambulante sea muy imperfecta.
Durante la primera clase escuchamos juntos un podcast. Yo lo presenté y expliqué el contexto para facilitar la comprensión. La elección de sus podcasts respectivos la hicieron los alumnos a partir de la lectura del resumen que acompaña cada podcast y a partir de mis explicaciones de su contenido.
El trabajo personal que los alumnos deben realizar es, lo decía más arriba, libre. Algunas posibilidades que he mencionado: una presentación personal del podcast, una ficción libremente inspirada del podcast, un intento de conseguir testimonios sobre la temática del podcast. He precisado, en este último caso, que el temor de no obtener respuesta después de haberse dirigido a posibles interlocutores no es un fracaso en lo referente a mis expectativas de docente y que estas pueden verse satisfechas plenamente si el intento ha sido realizado con seriedad, si la presentación es buena y si se analizan las causas del fracaso.
He dicho a mis alumnos que elegir la presentación personal del podcast tiene la ventaja de no sea necesario inventar una historia, pero que comporta el inconveniente de requerir une comprensión suficiente del podcast. La mayoría de mis alumnos se orienta hacia la redacción de una historia. Para esto, una comprensión mínima parcial o errónea del podcast puede ser suficiente, puesto que la misma se inspira libremente del reportaje.
Les he pedido a mis alumnos que escuchen varias veces su podcast respectivo. Les he sugerido que lo hicieran mientras caminan. También les he pedido que alternen las escuchas con la ayuda de la transcripción y sin ella.
Les he dejado tiempo en clase para que elijan su podcast, para que lo escuchen, para que busquen ideas de trabajo personal y para que empiecen su ejecución.
Redactar les cuesta bastante, lo que ha llevado a adoptar el dispositivo siguiente: hago venir a los alumnos a mi escritorio y les pido que me cuenten su proyecto que, como lo he dicho, suele ser una historia. Yo reformulo y escribimos juntos. He tenido algunas satisfacciones y, creo, mis alumnos también. Esta última se manifiesta cuando les pregunto si lo que hemos escrito es lo que ellos querían decir y me responden que sí, sonriendo y moviendo la cabeza de arriba a abajo, como sorprendidos de que una historia así les haya salido de dentro. Los alumnos deben ser capaces de presentar sus trabajos a sus compañeros leyendo lo menos posible sus notas. Algunos prevén presentar diapositivas. Yo les he dicho que podían hacerlo, pero que mi nota iba a reflejar la calidad de su expresión oral, no la de su diaporama.
Los alumnos tendrán un examen escrito en el que les haré escuchar tres veces un fragmento de un podcast sobre el que ninguno de ellos ha trabajado pero cuyo título conocerán con antelación.
El texto de este podcast servirá para que identifiquen algunos puntos de gramática sobre los que habremos estudiado. Tendrán, por ejemplo, que identificar algunos verbos, indicar el tiempo en el que están conjugados y dar su infinitivo.
En el examen también deberán presentar su trabajo personal.
He anunciado a mis alumnos que yo también haría un trabajo personal libremente inspirado de uno de los podcasts. He elegido Colombia: un libro incómodo para el poder y un veto de última hora. Dicho trabajo está en curso de elaboración y puede consultarse aquí.
Estoy intentando crear clubs de escucha de podcasts en francés, español, inglés e islandés, que son las únicas lenguas que conozco. Me gustaría que estos clubs sean también clubs de marcha.
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