Lectura del relato por el autor.
Hace dos semanas nos interesamos por el Guernica.
Esta semana, vamos a trabajar sobre Dilución, un relato en el que aparece un cuadro que el narrador describe como sigue:
Se trataba de una escena política, violenta. El enfrentamiento entre habitantes de un mismo país, el delirio por un poder irracional, el culto a la sangre vertida, la conversión de todos en Caín.
El personaje del cuento es un pintor de 60 años cuya existencia se ve afectada por los sobresaltos que sacuden a su país. El cuadro del que habla el cuento fue pintado treinta años atrás, en una época sin duda injusta, pero serena, o que lo era, a lo menos, para el pintor. El pintor no ha vendido el cuadro y, el día en que cumple 60 años descubre en su obra algo nuevo:
Todo comienza con la silueta ubicada en el ángulo inferior de la derecha: alguien apenas esbozado huye, se enmascara, se disuelve. No recordaba haber hecho esa figura; se acerca y observa con atención: sí, son sus trazos, su gusto por el sepia y las sombras. Es su escritura, aquello que construyó por años, asimilando la pincelada de Rembrandt. Lo extraño es la simultánea energía y la debilidad de ese fragmento. ¿O es que el soporte se ha deteriorado? ¿Han caído pigmentos?
Y del detalle pasa a la configuración total del cuadro: ¿por qué, cómo pudo realizarlo? ¿Qué había en él para proponer una imagen tan degradante? Violencia, injusticia, horror, el fratricidio, la destrucción: los trazos hablan de un estallido, de un poder oscuro.
Cuando él pintó este cuadro la ciudad parecía adormecida en un trato democrático. Ajeno a las intrigas políticas y económicas, no tenía interés en reflejar lo que subterráneamente podía estar ocurriendo. Ahora recupera aquella sensación de inseguridad y el ocultamiento con que trabajó. ¿Cómo pudo triunfar un cuadro tan hiriente en esos años? ¿Quiénes lo habían percibido como obra maestra? ¿Por qué lo guardó siempre?
El pintor se coloca delante del cuadro. Deja para cuando llegue su muchacha, esa noche, el poco café que queda. Se contenta con un poco de agua turbia. ¿Qué ha cambiado?
¿Quién había cambiado? ¿Su alrededor, él mismo, la obra? ¿Todos? ¿Por qué? ¿Cómo pudo llegar un mundo civilizado a esta precariedad y a tal violencia? ¿Cuánta responsabilidad tenía él?
Su cuadro era famoso, pero no podía haber influido tan intensamente en las masas. Él no había determinado aquello, quizá lo previera.
El relato termina con el pintor saliendo hacia el sur, en busca de seres distintos, confiables. El ángulo inferior del cuadro contiene -o contenía- su decisión:
Y en medio de la angustia, se detiene en el ángulo inferior del cuadro. Allí está su decisión: aunque las carreteras son peligrosas, siempre podrán conducirlo a un lugar extraviado. No sabe cómo denominar este sentimiento terrible. ¿Cuánto tardarán en aparecer seres distintos, confiables? Debe huir por desesperanza, para siempre. Por la ventana ha entrado la noche y su muchacha puede llegar de un momento a otro, en caso de que logre atravesar los cercos militares, el pillaje. Tal vez no regrese nunca. Si lo hace, ¿encontrará aquí el cuadro, todo lo suyo?
Elige una ropa simple y protectora, llena una vasija con agua y en medio de la oscuridad sale a la calle. Hay un fragor de incendios y disparos. Se orienta hacia el sur.
Propuestas de trabajo.
-1. Divide el texto en dos partes basándote en los tiempos verbales de la narración: ¿presente o pasado?
-2. Busca los pretéritos indefinidos y los presentes que aparecen en los textos citados más arriba.
-3. ¿A qué épocas de la vida del narrador corresponden estas dos partes?
-4. ¿En qué momento se sitúa el narrador?
-5. Formula tres hipótesis o más que expliquen lo que pasa con el cuadro. (Tus hipótesis pueden no ser realistas.)
-6. ¿A qué género te parece que pertenece este cuento? Justifica tu respuesta.
-7. Nosotros hemos estudiado un poema en que aparecía una alusión al personaje bíblico de Caín. Encuentra el poema (Un español habla de su tierra, de Cernuda) y compara el recurso a Caín en los dos textos. Compara, asimismo, los tiempos verbales que aparecen en ambos textos.
-8. Observa que al final del relato de Balza, una muchacha buscará al pintor, y que, al final del poema de Cernuda, la joven España buscará al poeta…
Imagina un diálogo entre España y Venezuela (o entre una muchacha española y una muchacha venezolana) sobre estas obras literarias:
-Hola España, ¿cómo estás?
-Bien. ¿Y tú, Venezuela?, etc, etc.
-9. Para el pintor, una prueba de que, en apariencia, las cosas seguían funcionando era que se le rendía homenaje:
Lo insólito, y él se inclinaba a pensar que aquí se trataba de un fenómeno tropical, era que en apariencia la democracia continuaba, que la prensa, aunque limitada, era la misma y los poderes justos. Una prueba de ello: el gesto con que la ciudad celebraba hoy con brevedad su obra y sus sesenta años.¿Qué parece decirnos de la personalidad del pintor este sorprendente silogismo?
El artista se interroga sobre su propia responsabilidad en el cariz que han tomado las cosas:
¿Cuánta responsabilidad tenía él?
Su cuadro era famoso, pero no podía haber influido tan intensamente en las masas. Él no había determinado aquello, quizás lo previera.
En principio, resulta extraño el pensar que la exposición de un cuadro hace treinta años pueda determinar subterráneamente el curso de la historia de un país, ¿verdad? ¿Qué nos está diciendo de la personalidad del pintor el que considere dicha hipótesis?
¿Son apropiados o no los adjetivos egocéntrico y solipsista para describir la personalidad del pintor?
-10. Cuenta la historia desde el punto de vista de la muchacha. Imagina que llega a la casa del pintor y comprende que su amante se ha ido.
-11. Viaja al pasado, hasta el momento del inicio de la relación del pintor con la muchacha, y explícale a esta que el pintor la va a abandonar para partir en busca de gente confiable.
-12. Escríbele a un productor venezolano de telenovelas para decirle que tienes una idea genial para su próxima serie: una chica sencilla cae enamorada de un pintor de 60 años, se expone a mil peligros por él y este la abandona porque quiere llegar al país de la gente confiable.
-13 ¿Qué hubiese hecho ella?, se pregunta en un momento el pintor, refiriéndose sin duda a la situación política. Ella, es su mujer, que muriera diez años antes. Desplacemos esta frase y pongámosla al final del relato. Forcemos al personaje a hacerse una pregunta que ni siquiera se plantea, pero que el narrador nos impone a nosotros, lectores: ¿qué pasa con la muchacha? ¿Qué hubiese dicho ella, su mujer, de haberlo visto irse, así, sin esperar a la muchacha, que a tantos peligros se expone para ir a encontrarse con él ? Imaginemos que el fantasma de la esposa surja cuando el pintor está abandonando su casa. ¿Qué se dicen ambos? Agrega, si te parece, que, durante sus diez años en el reino de la muerte, la mujer del pintor se haya dedicado a los estudios literarios con perspectiva de género.
-14 ¿Qué hubieses hecho tú de hallarte en la posición del pintor?
-15 ¿Es el pintor una persona confiable? Imagina que el pintor llega al país de la gente confiable, el país de los “confiables”, y que quiere convencer a estos de que lo dejen vivir con ellos. Te sugiero que integres en la conversaciŕon la paradoja de Epiménides.
–16. La profesora María José Bruña ha trabajado sobre Balza y, también ha animado un conversatorio con el escritor en la Casa de América, de Madrid, que puedes ver aquí.
La profesora Bruña se interesa igualmente por los estudios postcoloniales, la estética de la recepción y el género como aproximaciones teóricas al ámbito poético, narrativo y ensayístico hispanoamericano, como lo puedes verificar aquí.
Imagina que la profesora Bruña en vez de comenzar su intervención como lo hace en el vídeo lo hubiera hecho analizando el relato de Balza desde una perspectiva feminista y pidiéndole al escritor que comentase la manera en que el pintor trata a su joven amante.
-17. Leyendo este relato, he tenido a veces la impresión de que el personaje era una proyección del cuadro en el mundo. ¿Compartes dicha impresión? Si es así, por favor, busca en el texto lo que la suscita o provoca.
-18. Transcribe la frase que dice Balza en el minuto 2 de este vídeo:
y relaciónala con lo que se plantea en la pregunta anterior.
– 19. La semana próxima vamos a trabajar sobre las Meninas, que es un cuadro del que se dice que se proyecta en el espacio del espectador. ¿Tienes la impresión, leyendo este relato, de que hay una proyección desde el espacio del cuadro hacia el del mundo real?
– 20. Según el crítico Seymour Menton, el pintor es el doble del escritor. El pintor quiere ser neutro y quiere que la valoración de su obra no sea política. Aquellos amigos que han obrado para que se publicara un artículo elogioso sobre él buscan instrumentalizarlo para su causa y, así, decepcionan al pintor, que descree, por lo tanto, de su amistad.
Sin embargo, el texto del autor, el texto del escritor y artista José Balza es político. El suyo es un texto antichavista. ¿No está Balza cometiendo una traición, como, en el relato, la que cometen contra el pintor sus amigos? Si sí, ¿a quién traiciona Balza? Al pintor ficticio, podría parecer, cuya obra instrumentaliza al servicio de su oposición a la revolución bolivariana. A partir del minuto 3 de este vídeo tienes una posible respuesta del escritor a esta -acaso aparente- paradoja.
Imagina un diálogo entre Balza y su personaje sobre la cuestión del compromiso político del artista. Busca información sobre el contexto político en que fue publicado este cuento: Venezuela, 2004.
-21. Seymour Menton observa también que el pintor parte hacia el sur y que, haciendo esto, se aleja de la posición del también escritor Rómulo Gallegos, que veía el progreso en la ciudad (Seymour Menton, El cuento hispanoamericano, décima edición, fce, 2010). De hecho, el sur, si situamos el texto en Caracas, son los llanos, es decir, el campo. A continuación, tienes unas líneas de Doña Bárbara, en las que la llegada del ferrocarril encarna el progreso:
“Era una tarde de sol y viento recio. Ondulaban los pastos dentro del tembloroso anillo de aguas ilusorias del espejismo, y a través de los médanos distantes y por el carril del horizonte, corrían como penachos de humo las trombas de tierra, las tolvaneras que arrastraba el ventarrón. De pronto, el soñador, ilusionado de veras en su momentáneo olvido de realidad circundante, o jugando con la fantasía exclamó: ¡El ferrocarril, allá viene el ferrocarril!
Luego sonrió tristemente, como se sonríe el engaño cuando acaba de acariciar esperanzas tal vez irrealizables; pero después de haber contemplado un rato el alegre juego del viento en los médanos, murmuró optimista:
Algún día será verdad. El progreso penetrará en la llanura y la barbarie retrocederá vencida. Tal vez nosotros no alcanzaremos a verlo; pero sangre nuestra palpitará en la emoción de quien lo vea”.
Rómulo Gallegos, Doña Bárbara, Madrid, Ed. Cátedra, 2005, p. 234.
El pintor viaja al pasado e intenta convencer a Santos Luzardo, que es quien evoca el ferrocarril en el texto que acabas de leer, de que el progreso no reside en la ciudad, sino en el campo.
-22. Aquí tienes un tweet reciente de la escritora Yolanda Pantin (que puedes ver y escuchar aquí):
Te recuerdo el fragmento que has leído más arriba:
Fue a la cocina a buscar café. Quedaba sólo un poco y prefirió guardarlo para cuando ella regresara. Trajo un vaso de agua, algo turbia, y se colocó ante el cuadro como si nunca lo hubiera visto.
¿Qué puedes deducir de la evolución de las infraestructuras públicas en Venezuela a partir de la confrontación de ambos documentos? Busca información sobre la cuestión.
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