He leído con interés el artículo que dedicara usted al proceso de canonización de R. Schuman en 2010. Me sorprende, sin embargo, que no haya mencionado usted un dato que se conocía públicamente desde el año 2000: R. Schuman había colaborado, siendo ministro de la justicia, con el dispositivo de torturas y asesinatos organizado por las autoridades francesas en Argelia:
Autre découverte de Claire Mauss-Copeaux : un texte du 3 août 1955, signé par le même général Koenig, mais aussi par le ministre de la justice, Robert Schuman. Il précise la conduite à tenir en cas de plaintes faisant suite à « de prétendues infractions » attribuées aux forces de l’ordre : « une action supprimant la responsabilité pénale de ses auteurs (…) [sera suivie] d’un refus d’informer ( …) Les plaintes devront faire l’objet d’un classement sans suite, dès lors qu’il apparaîtra incontestable que ces faits sont justifiés par les circonstances, la nécessité, ou l’ordre de la loi. » En d’autres termes, le pouvoir civil assurait d’avance aux militaires l’impunité pour les dépassements qu’il exigeait d’eux. Et cela, deux ans avant la « bataille d’Alger », supposée avoir constitué le tournant en matière d’exactions. Fuente: Des historiens soulignent l’emploi « systématique » de la torture par l’armée française en Algérie, Le Monde del 3 de diciembre de 2000
¿Desconocía usted la información que cito? ¿Cómo puede explicarse que los actos mencionados no tengan la difusión que parecen merecer? ¿Cómo entender que un cómplice de horrendas torturas y asesinatos pueda ser siervo de Dios y candidato a la canonización sin que la prensa informe convenientemente sobre ello o someta la cuestión a quienes defienden dicha canonización cuando se dirige a ellos para recabar información?
Publico este mensaje en mi blog. Tendré, por supuesto, mucho gusto en publicar también su respuesta, de transmitírmela usted.
La saluda atentamente,